¿De qué sirve que te hagas preguntas ahora, querida? Ya no merece la pena. Cuando el sol despunte sobre el horizonte me verás alejarme por el camino y sabrás que tú eres la razón de mi partida. Pero no le des más vueltas. No lo pienses dos veces, está bien así.
De nada sirve ya que me muestres tu luz, querida. Ahora ya es tarde. Me hubiera gustado verla antes y que me hubiera ayudado a salir de la oscuridad. Hubiera estado bien que hubieras hecho o dicho algo que me convenciera de que debía quedarme a tu lado, pero tampoco es que hablemos demasiado ¿verdad? Así es que no le des más vueltas. No lo pienses dos veces. está bien así.
Tampoco sirve ya que grites mi nombre, querida. ¿Para qué si nunca antes lo hiciste, si ni siquiera lo pronunciaste cuando me tenías a tu lado? Siguiendo la carretera ya no puedo oírte. Solo voy pensando que una vez amé a una mujer, una niña cuando nos conocimos. Yo le ofrecí mi corazón, pero ella quería algo más. De todas formas, no le des más vueltas. No lo pienses dos veces, está bien así.
Voy caminando solo por esta polvorienta carretera que no va a ninguna parte. No podría decirte hacia dónde voy, querida y tampoco quiero decirte adiós. Eso me parece demasiado bonito. Me contentaré con desearte que todo te vaya bien. Tampoco es que me trataras mal, aunque podrías haberlo hecho mejor. Tal vez entonces me habrías retenido. Pero ahora solo pienso en el tiempo que perdí contigo. Pero no merece la pena darle más vueltas. No lo pienses dos veces, está bien así.
© Nacho Sendón. Alicante, 11 de diciembre de 2017
Letra original de «Don’t think twice it’s alright»
Vídeo en directo de Bob Dylan cantando «Don’t think twice it’s alright» en 1965
Bob Dylan compuso «Don’t think twice it’s alright» en 1962 y la incluyó en su disco de 1963 » The Freewheelin’ Bob Dylan». Tanto la melodía como un par de versos está inspirados en la canción «Who’s Gonna Buy You Ribbons (When I’m Gone)» del cantante folk Paul Clayton que este enseñó a Dylan.
Wikipedia habla de casi cuarenta versiones de este tema. Sin embargo, no recoge la que aquí se escucha que pertenece al disco «As I See It Now» que la cantante neoyorquina Melanie Safka (más conocida como Melanie) grabó en 1974. Ese ha sido uno de los motivos de traerla.
11 diciembre, 2017 a las 09:58
¿Por qué como obertura y presentación de tu blog has elegido «Los girasoles»?
Grande Mancini, siempre. Mágico al piano en esa película inmensa.
Gracias.
12 diciembre, 2017 a las 00:09
¡Vaya, Isadora, «curiosa curiosidad»!
Fíjate en las canciones que he elegido: la historia de un hombre en el otoño de su vida rememorando su pasado, la de un hombre que le dice a alguien que no puede amarla como ella querría, la carta de un hombre a su amigo con el que su mujer le fue infiel, la de otro que no es amado como él querría, la de un padre y un hijo que no se entienden, la de una mujer que descubre que el amor y la vida no son como ella siempre imaginó, la de alguien que busca el amor y la felicidad en las habitaciones de otras personas,… ¿No te parece que esta canción sin letra que es la historia de un soldado que, literalmente, olvida a su mujer y la recuerda muchos años después cuando ya se ha vuelto a casar es perfectamente adecuada para representar a todas las demás?
Vi «Los girasoles» con catorce o quince años y jamás pude olvidar su dramática historia de amor. Cuando unos años después, hará unos cuarenta, llegó a mis manos su banda sonora, se convirtió en una compañía habitual. ¿Qué mejor que traerla aquí en medio de todas historias de desamor?
Sin embargo, debo decir que esta compañía a la página de inicio irá cambiando. Así es que, disfrutemos, mientras dure, de esta «Despedida en Milán» de Henry Mancini.
12 diciembre, 2017 a las 13:10
¿Por qué te resulta «curiosa» mi curiosidad? Mi curiosidad, la mía, siempre es un motor y como tal me provoca movimiento. Para mí siempre tiene un valor positivo, nunca peyorativo.
Ya me había fijado, por supuesto. Y aunque en alguna definicion del argumento de alguno de los temas que has elegido no coincidiriamos por matices, sí es cierto que un elemento en común a todos ellos es el amor.
El amor y sus aledaños.
Pero no. No me parece que la película, de la que has seleccionado una maravillosa pieza de su espléndida banda sonora, sea, como dices, perfectamente adecuada para representar a todas las demas.
Sí es cierto que a partir de todas esas canciones podrías conformar un único y sólido relato, pero no creo que la de «Los girasoles» fuese su banda sonora perfecta.
Marcello y Sophia no se separan por problemas entre ellos, les separa algo ajeno a su amor, les separa una guerra. Que siempre se amaron, que nunca dejaron de hacerlo, que nunca dejarán de quererse, se observa en sus reencuentros. Pero nuevamente no serán ni el desamor entre ellos, ni traiciones, ni infidelidades, ni….lo que vuelva a separarles. Porque ellos siempre se querrán. No hay nada intrínseco a ellos motivo justificado de separación. Se aman. Punto.
Creo que la pelicula, a partir de la presentación de una pareja que se ama de un modo sincero, fresco, apasionado, divertido, entrañable, como son los amores de juventud, los mas autenticos y reales, los más reales, trata dos temas principales: la fuerte necesidad del ser humano por comprender, y el sacrificio que supone anteponer la lealtad y la gratitud como obligaciones. Se sufre al estar enamorado y no ser correspondido, pero es un drama el sufrimiento de estar enamorado y saberse correspondido pero no poder materializar esa relacion. Creo que ese es el tema de la pelicula.
Por todo ello, y solo por eso, no me parece que sea la mejor banda sonora para tus elecciones.
Y también ahí están expuestos los motivos por los que te pregunté, al fin y al cabo, tú y solo tú, como autor de este blog tienes la ultima palabra y las explicaciones más adecuadas.
Un placer leerte.
16 diciembre, 2017 a las 05:06
Aunque me resulte curiosa tu pregunta (no repetiré más la redundancia), eso no quiere decir que considere inadecuada tu curiosidad. Vivo de despertar la curiosidad en los demás, de modo que…
Sin embargo, tu pregunta presupone algo. Da por sentado que hay un motivo, más allá del puramente estético, para elegir una pieza, que, al no contener mensaje explícito por carecer de letra, podría carecer también de significado. Por eso me parece curiosa, porque pienso que lo más normal es que quien escuche la música que acompaña al texto piense que no es más que eso: música.
Y, en definitiva, es por eso, por la interpretación que tú haces de los actos del autor, que pienso que la última palabra no es la mía, sino la tuya, la de Loli, la de Ana, la de Altea… la de los pocos, pero muy apreciados, lectores de este blog.
Pero tú me preguntas por mi intención (dando por sentado que la hay) al elegir la «Despedida en Milán» como fondo de la página de inicio. Como en casi todas las cosas, existen múltiples puntos de vista para analizar, disfrutar o padecer los contenidos de este blog. Y el mío difiere algo del tuyo.
Verás, al principio pensé (y así lo escribí) elegir como fondo la canción de la última entrada. Pero más adelante, pensé que esa canción ya se escuchaba en la entrada. ¿Por qué no elegir otra cosa que nunca se fuera a escuchar en otra parte del blog? Y pensé que ese cometido lo podrían cumplir piezas exclusivamente instrumentales o canciones en castellano (español, si se prefiere).
Y al tratar de elegir la primera, me vino a la mente el tema de amor de «Los girasoles» ¿Por qué? Pues porque yo veo otro denominador común en las canciones que había elegido hasta ese momento: todas son historias con final infeliz. Si has leído algo de mis anteriores blogs, quizá hayas notado que, como autor de relatos, me interesan muchísimo los finales y que los míos casi siempre son infelices.
En todas las canciones elegidas hay un poso de amargura, desengaño, frustración, fracaso. Si no recuerdo mal, Antonio y Giovanna no acaban juntos. ¿Puede haber un fracaso mayor que el de dos personas que, amándose, deben vivir separados? ¿Puede haber un final más infeliz para una historia de amor?
En ese sentido, pienso que sí, que la pieza elegida representa muy bien al resto de las canciones. Porque es verdad que en ellas los amantes se separan porque se acaba el amor y en «los Girasoles» no. Pero todas ellas son historia de amor fracasado.
Sin embargo, te devuelvo la pelota. En mi opinión, la última palabra la tienes tú. Y Loli, y Ana y Altea…
PS. Hasta ahora, casi todas las canciones incluidas en este blog cuentan historia de desamor (y yo creo que el amor no «convivido» también es desamor), pero no siempre va a ser así. Pronto habrá otros temas a tratar (o a cantar)
15 diciembre, 2017 a las 15:32
Me alarma el «Pero ahora solo pienso en el tiempo que perdí contigo». Quiero creer que se trata de un fallo en la traducción, pues, habiendo una gran implicación emocional por parte de uno de los miembros de la relación, el que más se ilusiona, el que más goza y, por tanto, más sufrirá después… En suma, el que más siente. ¿Llegará a considerar ese tiempo «perdido»? ¿Qué es la vida, sino un cúmulo de sentimientos?
16 diciembre, 2017 a las 05:25
Pues no creo que se trate de un fallo de traducción. El verso original del laureado Dylan dice «You just kinda wasted my precious time» que se podría traducir por «Tú solo me has hecho perder mi precioso tiempo». Al adaptarlo, preferí ser un poco menos pretencioso y cambié lo de «hacerme perder mi precioso tiempo» por «el tiempo que perdí contigo».
Pero sí, yo creo que en una relación amorosa se puede perder el tiempo. Aunque a casi cualquiera que le pregunten diría que no se arrepiente de nada en la vida («Je ne regrette rien»), yo creo que, hablando en la intimidad, todos borraríamos una o dos relaciones en las que no ganamos nada y, probablemente, perdimos algo más que el tiempo.
Y eso de perder el tiempo me ha hecho pensar en una canción de Jacques Brel que, saltándome mis propias previsiones, será la próxima entrada. Se trata de «Zangra» la historia de un hombre que, en más de un sentido, pierde todo el tiempo de su vida.
19 diciembre, 2017 a las 21:51
Y por qué no elegir un final feliz?
19 diciembre, 2017 a las 23:54
En una canción, en un relato, siempre es posible elegir el final feliz porque la vida de los personajes está muy delimitada. La influencia de otros personajes, de otra situaciones, es muy nítida, objetiva, definida. Y si no siempre elegimos los finales felices es, tengo la impresión, porque queremos acercar la ficción a la vida real.
Porque en esa vida real la elección no suele ser tan sencilla. Para poner en un sitio, has de quitar de otro. Y las elecciones casi nunca se presentan entre lo bueno y lo malo. Muchas veces son entre lo malo y lo peor. Por eso en la vida real los finales felices son tan extraños. Y también por eso, a veces, las males decisiones, las que son mejores que las peores decisiones, son tan difíciles de entender y de aceptar. Y esos añorados momentos felices son solo cosa del pasado.
10 marzo, 2018 a las 11:24
Espero que no sea demasiado tarde para responder, porque acepto tu invitación, pero considerando que no sea la mía, nunca, la última palabra, de acuerdo? Veo que has ampliado con más canciones, que incluso has cambiado la BS de tu blog, pero voy a seguir la conversación donde la dejamos. ¿Qué decirte? Continúo sin verlo como tú, pero comprendo tu lógica: desde ella, entonces sí, esa BS sí es adecuada para representar a todas las canciones. Pero yo partía de interpretar las letras de un modo diferente y, mientras tú te centras en los finales, yo en los desarrollos. El final es un resultado, una conclusión, en los desarrollos es donde está el proceso, la vida que nos cuentan los protagonistas o narradores en canciones y película. Tú ves, básicamente, tristeza (“amargura, desengaño, frustración, fracaso”, explicaste, aunque yo misma me referí a esos aspectos y a otros como “aledaños del amor”….de la vida, en realidad) en todas las canciones seleccionadas, y, por lo que veo, en otras añadidas después. Yo lo interpreté así:
-Veo a un hombre que en su madurez repasa su vida, y la valora en positivo: ve que ha acumulado experiencias, que éstas le han mejorado con los años como a un buen vino, y concluye que está en los mejores días de su vida. Aún siendo consciente de estar en el otoño de su vida, no se lamenta por ello, al contrario. Como resultado, le otorgaría un “final feliz”, pues. –Un hombre le habla a una mujer. Veo un desequilibrio entre ellos en cuanto a vivencias y actitudes y probablemente en edades, pues parece que el hombre es más experimentado que ella. Dylan destaca todo eso marcando el contraste en la ubicación de los personajes, pues a él lo sitúa dentro de una habitación iluminada, y consigue que nos lo imaginemos de pie y grande y alto, pues ninguna vivienda está tan a ras de suelo que esté a ras de suelo, por pocos que sean siempre hay escalones de acceso, mientras a ella la posiciona en el exterior donde hay noche y oscuridad y se presupone que frío, y siguiendo el contraste que Dylan marca, la vemos pequeña y débil, un tanto agachada para no ser vista mientras curiosea dentro. Para él es una liberación (“además, no estoy solo”, le dice, aunque tú no lo incluiste en tu traducción) sin coste emocional. Pero también veo que, a pesar de lo directo de sus palabras y de la dura repercusión que seguro causan en ella, hay un algo de cariño y protección, un cierto paternalismo. No sé, Dylan y sus ambiguas letras “flotantes”. Desde luego final no feliz para ella, pero es él quien nos cuenta, así que para mí es, y sonará raro, “final feliz aunque no lo sea”. Pero repito: contrasto mi modo de valorarlas centrándome en los desarrollos frente al tuyo que te centras en los resultados. -En principio se diría que es una letra fatalista, deprimente, una reflexión sobre lo inevitable de ser mortales. Alguien se lamenta por algo perdido, pudiera ser el tiempo. Reflexiona que somos nada, una gota en la inmensidad del océano. Pues yo siento que esta letra oscura también es un canto a la vida: no somos nada, pero lo somos todo, así que valoremos y vivamos hasta los más mínimos detalles. -Veo a un hombre que tiene mucho que ofrecer, que reflexiona y pide, que busca. No se resigna, se esfuerza por comunicarse. No veo quejas por no ser amado como le gustaría, veo que se esfuerza por revitalizar su relación. Veo a un hombre constructivo. Y hasta aquí, porque Rice ya no nos cuenta más: no sabemos cómo se soluciona esa relación. Así pues, para mí, final positivo. -Alguien que sufre una pérdida nos muestra un sufrimiento emocional desgarrador. Incluso para potenciarlo, en partes de la canción, la autora parece expresárnoslo en vivo, mientras su personaje lo está sintiendo, y vemos y sentimos su dolor en carne viva, enredada y enredada, perdida en el trauma de la pérdida. Sin duda, sin ninguna duda, final nada feliz…..(aunque al tiempo, ella aún no lo sabe, esté siendo el principio de un proceso liberador)….¿Lo dejamos en “intermedio”?… -Vida amarga la de ese hombre solitario, aislado, derrotado, que añora una relación que finalizó hace mucho tiempo de la que sólo conserva viejas fotos tan aparentemente desgastadas como su actitud. No sabemos por qué no sale del pequeño y asfixiante mundo de su habitación. De acuerdo contigo: final, y presente, no feliz. -Alguien escribe una carta al ex/amigo y antiguo amante de su mujer. Desde aquella historia en la historia de sus vidas, ninguno de los tres implicados han vuelto a ser los mismos. Aun así, lo valoro como final “intermedio”: él recuperó a su mujer, de algún modo remendaron su relación y siguieron, y el momento de la canción es el momento en que el pasado ya no causa dolor y él puede, por fin, contactar con alguien que ya no siente como enemigo, sino que a pesar de todo, aún aprecia. -Momento difícil en la relación entre un padre y su hijo. Este quiere ir a la guerra mientras su padre intenta que no lo haga. Momento tenso en la relación. La letra nos cuenta que el hijo finalmente se va. Pero una relación paterno-filial no muere tan fácilmente. -La vida es movimiento, es avance. Nos lo cuenta una mujer: cómo ha madurado a través de su experiencia. Constata que el amor y la vida son una mezcla de sus deseos e ilusiones infantiles y la realidad que ha ido viviendo. Pero esa realidad no anula, no destruye, sino que matiza, sus conclusiones. Y esta canción está escrita en un momento en que reflexiona sobre ello, y ve sus contradicciones, y éstas le sorprenden. Por eso dice que no entiende, que no conoce, pero que aún a pesar de lo que la realidad le ofreció, mantiene, conserva, sus ilusiones. Ilusión no sólo como “ficción, fantasía o engaño”, sino como “esperanza y deseos”. Me gusta especialmente esta canción justamente por eso: no deja que lo real destroce y anule su brújula interna, lo que sus necesidades le indican, porque deja paso y permite y acepta los matices que la cruda realidad de lo vivido le han dado a sus ilusiones, imaginación y ensoñaciones infantiles. Es una mujer fuerte, fiel a sí misma, que no abandona sus sueños, deja que la vida los matice aun siendo consciente de sus contradicciones. ¿Final amargo?, yo diría que no. La ilusión del amor y de la vida no es anulada por la experiencia, que las matiza. Una pequeña broma: ¿por qué no presentar a esa mujer al protagonista de la canción de Rice? Construirían una pareja sólida y feliz para ambos.
Si no he contabilizado mal, sólo en tres de tus canciones veo desamor, por lo que tampoco coincidimos, al menos no de pleno, en que todas sean historias de amor fracasado. Sí, como te dije, en lo que llamé aledaños y tú desarrollas como amarguras, desengaños, frustraciones, desencantos, resentimientos,….dolor…
Te dije también que “a partir de esas canciones se podría conformar un único y sólido relato”. O varios relatos. Pero sigo sin ver para ellos que la BS de “Los Girasoles” pudiera ser la apropiada. Inventemos ejemplos: un hombre que repasa su vida, y recuerda que fue el amante de la mujer de su mejor amigo y que supo a través de una carta que éste le envió, cómo ella, a pesar de la gran decepción, conservó sus ilusiones, aunque amortiguadas; o el relato de un hombre que vive una relación que no acaba de satisfacerle pero que se implica para reflotarla, que también intenta que su hijo reflexione, pero que acaba solitario y derrotado añorando lo que no pudo ser a través de la contemplación de viejas fotos; o un hombre que aparta de su lado a una mujer más joven, que llega a relatarnos el desgarro de su dolor, pero que a pesar de lo vivido, mantiene sus ilusiones; o…. Ni siquiera jugando bien con los argumentos y utilizando todas las letras para llegar a dar forma a un único relato, ni siquiera así me parecería que fuese la BS adecuada. Porque no se podría desarrollar un argumento de dos personas que se quieren aún estando separadas. ¿Tú podrías?
Tampoco coincido con la descripción del argumento de la película. Creo que obvias un dato que marca diferencia: el soldado no olvida a su mujer porque pase página, sino que un trauma le impide recordar. Pero sí coincidimos en que se trata de una dramática historia de amor, aunque hay algo que hace que ni canciones ni película puedan estar todas en el mismo lote: porque una es una gran historia de amor que se mantiene a lo largo de los años, mientras que en ninguna de las canciones existen ni esa magnitud ni esa reciprocidad. Así pues, otra vez concluyo que ni siquiera jugando bien con los argumentos y utilizando todas las letras para llegar a dar forma a un único relato, ni siquiera así me parecería que fuese la BS adecuada. Porque no se podría desarrollar un argumento de dos personas que se quieren (reciprocidad) a pesar del tiempo (magnitud). ¿Tú podrías?
Cierto. Mi pregunta presuponía algo y daba por sentado justamente lo que mencionas: tanto la existencia de un motivo más allá del puramente estético como la existencia de una intención. Porque creo que detrás de un proceso creativo siempre hay una intención (razón) y una necesidad (emoción) por parte del autor, estén enfocadas hacia lo social o hacia lo íntimo y particular. Y creo, además, que las necesidades íntimas son las verdaderas razones que empujan a crear. A veces, de tan íntimas y privadas, cuesta incluso verlas, incluso tal vez a veces duela querer entenderlas.
Mencionas los finales infelices. Contrastas final feliz/final infeliz. Entiendo que a veces son necesarias las simplificaciones para poder comprendernos. ¿Qué es un final feliz? ¿Pensamos en Walt Disney, cuentos clásicos de príncipes que vencen a dragones, género de novelita romántica, comedias románticas made in Hollywood…?
Tal vez la juventud de la Psicología sea la explicación a por qué aún no existe consenso acerca de cuántas emociones existen. Creo que a fecha de hoy los estudiosos consideran como básicas la tristeza, ilusión, alegría, miedo, ira, sorpresa, desprecio, dolor y asco. Otras estarían contenidas en las mencionadas. De esas nueve sólo dos serían puntuadas como positivas, siendo en realidad positivas todas ellas por necesarias e imprescindibles para vivir. Todas cumplen una función en nuestra psique. De hecho, lo que realmente nos mueve como primer motor o impulso, son las emociones. Así de importantes son. Y, en nuestro mundo emocional sucede que se mueven en grupos, más o menos amplios, pero en grupo. Y este mundo emocional, si ya es complejo de uno en uno, cuando se establecen relaciones de pareja se transforma en un universo de considerables dimensiones. Y complicaciones. Entonces, los finales que expresan otra cosa que no sea sólo alegría e ilusión (y bienvenidos sean también esos finales felices) están más ajustados a la realidad que nos hace humanos, aunque sean considerados como finales no felices, y esto, independientemente de lo que explicas acerca de elecciones que quitan y ponen, que no acabo de entender.
Diré también que vivimos en una sociedad que no enseña a lidiar con lo que sentimos y considera poco apropiado que nos expresemos a través de nuestros sentimientos. Prefiere que reprimamos. A veces, por imperativo del valor de “lo políticamente correcto”, otras por el desconocimiento de no saber manejarse, que incomoda y asusta. Aún se les dice a los niños pequeños “Anda, cielo, no llores”….. Es ignorancia del valor de todas las emociones posibles que un ser humano puede llegar a experimentar. Supongo que todo esto, más el que al cine y a la lectura se les pide evasión pero no el tener que reflexionar, explica ese empeño infantil, inmaduro e irreal para que predominen los finales felices. Insisto: dos de nueve. Por otro lado, en realidad, creo que los finales sólo existen en lo literario, en lo creativo, sean felices o no, sean buenos o malos finales, sean creibles o intragables. Pienso que la vida real está llena de finales y principios que se suceden unos a otros, o se solapan entre sí, haciendo difícil ver dónde está el final preciso (ese que sí tiene su momento en el cine o en la literatura, cuando se termina la película y la sala se ilumina, y cuando se ha llegado a la contraportada del libro), haciendo que nuestras vidas estén llenas de emociones, cualesquiera que estas sean, que nos ayudan a avanzar. Lo que hoy nos parece un final mañana lo veremos como un principio. Y en un solo día, ¿cuántos finales y principios vivimos? En la vida real ni se encienden las luces porque aparezca un THE END, ni hay contraportada, porque no la vemos o leemos sentados, la vivimos.
En fin, también teniendo todo ello en cuenta, desde ahí también he valorado los argumentos de canciones y película.
“El amor no convivido también es desamor”, dices. Si te refieres a la separación emocional y física prolongada en el tiempo, sí sucede que las emociones se van calmando y la nueva realidad da paso a nuevas situaciones con nuevos sentimientos que se van solapando o entremezclando con los anteriores, como cuando una marea va subiendo, hasta que ya, en nuestro día a día casi ni hay memoria de aquello no convivido. Pero a veces, tal vez no suceda exactamente así, y tal vez la falta de convivencia no origine un desamor. Porque a veces la separación emocional y física prolongada en el tiempo aunque sí favorece que las emociones se vayan calmando y que la nueva realidad de paso a nuevas situaciones con nuevos sentimientos que aunque se vayan solapando o entremezclando con los anteriores, como cuando una marea va avanzando, también aporta una lucidez que tal vez haga daño, aunque la vida siga y haya que continuar adelante.
Mira: https://youtu.be/0OmMIJEamqA
Parece, pues, que a veces el amor no convivido no baja al status de desamor. Llega a ser todavía más certeza. A veces, se ve al otro como la persona perfecta pero en la distancia incorrecta. A veces, cuando se ha conocido a alguien y se llega a comprender que esa persona fue más de lo que creímos, entonces la distancia y el tiempo no significan nada porque no anulan certezas ni sentimientos, aunque sí, lo matizan todo.
A veces, sí, parece que se toman decisiones equivocadas. En cuanto a Dylan, conociendo su historia personal en paralelo a su creación (fácil de encontrar, está publicada), me parece que en esa época sentía despecho (“…el tiempo que perdí contigo…”). Sin embargo, yo creo que nunca se pierde el tiempo. Por más dolor que se sienta, o por muy desagradable o frustrante o decepcionante que haya sido la ex/pareja, aunque haya supuesto el más duro de los desengaños, siempre se aprende algo. Siempre. Y creo que es preferible, por más productiva y enriquecedora, esta actitud de querer aprender acerca de nosotros mismos y hacer balance a nuestro favor, que la de lamentarse y sentir rabia y querer recuperar el tiempo invertido.
Y ya, nada más. Disculpa este atracón.
Gracias por leerme.
PD: Me acordé de ese vídeo que circuló por redes hace tiempo y, cuando leí tu afirmación acerca del desamor del amor no convivido, lo rescaté para argumentar aquí.
1 abril, 2018 a las 18:22
En el vídeo que adjuntas, en 0:44, la chica que habla dice «El chico que mejor me ha hecho sentir, pero peor me ha hecho sentir a la vez». Creo que eso es lo que hace tan duro el desamor. Porque cuando alguien te hace daño, lo superas, pero cuando ese daño te lo hace la persona con la que has tenido lo mejor, ¿cómo lo superas?
Y una pregunta. En ese vídeo hay cinco historias. Para ti ¿cuántas tienen final feliz?
2 abril, 2018 a las 18:57
¿Qué he de entender por «final feliz»?, ¿a qué te refieres?
Y, ¿cuántas preguntas me haces?
3 abril, 2018 a las 15:23
Yo diría que un final feliz es aquel en el que todos consiguen lo que quieren. Veamos:
Hay una chica joven con una camiseta que pone Xposed. La cara de su pareja lo dice todo: «¿Dónde me he metido?» Tarda en reaccionar y cuando ella lo abraza él se deja abrazar pero sin ganas. No sé él, pero ella no consigue lo que quiere.
Otra de las mujeres lleva una camisa azul. No Se les ve mucho, pero voy a suponer que sí es un final feliz.
Otra lleva un blusón bastante ancho. Le dice al amor de su vida que no quiera que la olvide ¿Es eso lo único que quiere? Lo dudo. En todo caso, él le dice que no la olvidará, pero… No cuentes con nada más.
Hay una chica que llora desde el principio. Yo creo que debería llorar por haber amado al engreído que la trata con desprecio al quitarse la venda. Él, si pudiera, se la volvería a poner. No se puede tener un reencuentro más frío. Final infeliz, sin duda.
Y he dejado para el final la peor, la que más me duele. Los dos se quieren, los dos se besan con amor verdadero, pero… él está casado. ¿Puede haber un final más infeliz?
En cuanto a las preguntas… Tantas como quieras contestar.